Entrevista al Dr. Guillermo Lombera, doctor en Ingeniería Mecánica y decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata. El máximo dirigente de esa casa de altos estudios, se expresó sobre el impacto que tuvo la pandemia en el funcionamiento de la institución, cuáles fueron las adaptaciones que realizaron, como pudieron continuar y cómo imagina a este centro de estudios luego en la post-pandemia.
Por Nito Marsiglio
NM: El gran tema que ocupa a toda la humanidad en este momento que es la pandemia y la cuarentena. ¿Cómo ha afectado el funcionamiento de la institución que usted dirige, cómo lo han podido
sobrellevar y cuáles fueron los pasos más importantes que, a su criterio, pudieron dar para mantener la continuidad?
GL: Bueno, en principio nos ha afectado cómo ha afectado a todas las actividades. Uno tiene una vida acostumbrada a la presencialidad y evidentemente poder llevar adelante actividades en aislamiento es complejo.
En la universidad, sobre todo en las carreras tecnológicas, como la que se llevan adelante en la Facultad de Ingeniería, requieren de cierta presencialidad, fundamentalmente aquellas actividades más prácticas, en el sentido de que requieren laboratorios.
Nuestra facultad tiene 10 carreras y las 10 carreras se han adecuado a los procesos de virtualidad.Realmente estoy muy orgulloso y muy conforme de todo el personal docente y el personal administrativo, de como hemos podido adecuarnos, a esta nueva “presencialidad” digamos que tenemos, debido a la pandemia.

EL Dr. Guillermo Llomberas, Decano de la Facultad de Ingeniería de Mar del Plata
Yo creo que el problema fundamental fue inclusive la premura, lo rápido. Nosotros comenzamos el ciclo lectivo en presencialidad con una instancia normal, de lo que es una vida universitaria, y en una semana tuvimos que adecuar todo el proceso de enseñanza aprendizaje a una modalidad virtual. Y esto como todos saben no es algo que se deba hacer de esa manera. Es decir, el proceso pedagógico es distinto, las herramientas que se deben usar son distintas y como se aborda determinadas cuestiones en virtualidad es distinta que en una presencialidad. Eso llevó a adecuarse muy rápidamente y al principio hubo algunas faltas de conectividad, de distintas problemáticas, que por ahí no pasan por lo tecnológico, más por lo social.
Que hacen que no necesariamente todo el mundo pueda trabajar en estas circunstancias.
Esto fundamentalmente fue el primer cuatrimestre, ahora en el segundo ya nos preparamos de una manera distinta.
Aquellos docentes que tienen asignaturas en el segundo cuatrimestre pudieron adelantarse e ir adecuando su material. Por eso estamos muy conformes. De hecho estamos trabajando en una encuesta anónima para toda la comunidad universitaria para ver qué opina de esto.
A pesar de los problemas que hubo al principio estoy convencido que el regreso a la presencialidad, como fue un año atrás, no va ser lo mismo y seguramente van a continuar muchas cuestiones en virtualidad ya que hemos aprendido las ventajas que eso nos trae.
NM: A su criterio ¿cuáles son las ventajas que ha traído esta experiencia?
Es mucho más posible la accesibilidad. Nosotros tenemos muchos estudiantes que no son de Mar del Plata y claramente pueden acceder a los cursos en forma online desde sus lugares. Esto descomprime el hacinamiento en algunas aulas y esto me parece muy ventajoso. Es ventajoso también que uno puede tener acceso a profesores. Uno podría invitar a una clase a un profesional de mucha trayectoria que ni siquiera vive en nuestro país. Hay muchas otras cuestiones que la virtualidad las hace más interesantes. Por ejemplo los foros de discusión. Muchas herramientas que hay llevan a un diálogo fructífero sobre determinadas temáticas.
Hay muchas materias que son posibles ser dictadas en la virtualidad, incluso creo que tienen alguna ventaja en esa forma. Como por ejemplo que el estudiante pueda ver y rever la clase tantas veces como le sea necesario y en el momento que le sea más conveniente. Hay muchos estudiantes que trabajan.Y dejar obviamente la presencialidad para aquellas cuestiones que requieren de un lugar físico y estar con
algún equipamiento o instrumental que hacen a la vida profesional que van a tener que tener.
NM: Hablando del factor tiempo. La percepción que tenemos hoy del tiempo, en el aislamiento, es muy distinta. La OIT se refirió recientemente a alertar ante la posibilidad de una especie de “esclavitud” dado que los horarios de trabajo se han vuelto laxos y se han roto los cronogramas laborales pautados. ¿Qué opina usted de esto, cuales serian los pasos a dar?
Es difícil porque a veces es una conducta social, una conducta humana que es complejo revertir. Cuando hablamos de virtualidad estamos hablando de TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación), de tecnologías, entonces el problema no está en la virtualidad sino que somos adictos dependientes de las
TICs. Uno recibe un whatsApp y no puede esperar una hora para mirarlo y contestar. De la misma manera y ante esta posibilidad si uno tiene una duda, bueno claramente lo puede hacer, y si esa duda le surgió a las 3 de la mañana el pobre docente tendrá a esa hora que le llegará algo y si no tiene la capacidad de decir
bueno no no esto lo voy a analizar mañana. Los cronogramas y calendarios deben continuar tanto en la virtualidad como en la presencialidad. Uno tiene que tener su tiempo, su hora para determinadas cuestiones. Ahora si uno no puede manejar esa ansiedad, que es lo que nos pasa, entonces esto nos puede llevar todo nuestro tiempo.Uno debe aprender a autocontrolarse.
NM: Finalmente, ¿qué es lo que debería replantearse la institución para una
actividad post-pandémica?
Justamente de esto estuvimos hablando ayer, en una reunión de decanos, para analizar desde el punto de vista académico como continuamos con esto, si continuamos en virtualidad. Supongamos que en el pensamiento generalizado es continuar en virtualidad entonces tal vez no sería necesario la gran cantidad de aulas y si surgen otros temas. Obviamente vamos a tener que poner un aporte muy grande en lo referente a la formación en TICs de todos los docentes. Que tal vez no estamos tan preparados. Cuando nosotros concursamos, lo hicimos en las áreas tecnológicas en las que íbamos a ser docentes no nos preguntaron sobre herramientas de esto porque iban a ser presenciales. Todas están aprobadas como carreras presenciales no en forma virtual.
También obviamente en tener plataformas y disponibilidad tecnológica acorde para poder llevar adelante todas estas asignaturas. Tener un campus virtual adecuado, versátil. Inclusive salió el tema que deberíamos pensar en espacios para trabajar en virtualidad. Esto surgió ante algunas consultas de docentes porque nuestra casa tal vez no es el lugar más adecuado para que yo trabaje en virtualidad. Y tienen razón en ello. Ahora nosotros por Zoom y estas pantallas nos hemos metido en la intimidad de toda la comunidad. Estamos trabajando y corre un chico, llora alguien, ladra el perro… Es probable que tengamos que tener algún espacio donde el docente pueda ir allí y trabajar en virtualidad. Ya tuvimos algunos pedidos de
docentes sobre ese tema. Por eso creo que debemos ver hacia donde tenemos que replantear o reestructurar los recursos en función de las nuevas necesidades.
NM: Pensando lo que usted decía, uno de los ítems a la hora de concursar el docente era como manejaba el pizarrón. ¿Habría que replantear entonces cómo maneja la pantalla, no es así ?
Obviamente, inclusive preparar una clase para educación a distancia donde fundamentalmente es muy asincrónico, es totalmente unidireccional, tiene que estar muy claro hacia donde uno apunta y cuál es el resultado exacto que pretende en cada una de las cuestiones. Es distinto que cuando uno está en una conversación, como estamos ahora, y bueno pues, puede surgir y puede que terminemos hablando de otra cosa, porque lo acordamos o porque va de esa manera y porque es biunívoco el asunto. Es distinto, con lo cual requiere una formación. No es tan sencillo, no es hablar tres horas ante un pizarrón porque además obviamente no queda nadie del otro lado.