Video | La Masonería Marplatense a 150 años del fallecimiento de su Primer Gran Maestre, el Dr. José Roque Pérez rindió público homenaje a su fundador.
En todas las Provincias y en cada ciudad o pueblo los masones rindieron homenaje.
Tal vez con una sensibilidad aún más especial dado que Roque Pérez falleció -hace 150 años- contagiado de fiebre amarilla, ayudando a todo aquel que podía, sin ser médico sino abogado.
La Argentina aún le debe el merecido reconocimiento no pro su capacidad de dar, sino de darse. Fue el uruguayo Blanes quién inmortalizó en una pintura el momento en que Roque Pérez acude a un llamado, pedido de ayuda- al que concurre acompañado por el Dr. Adolfo Arguerich y se encuentra en la humilde vivienda un hombre fallecido, una mujer agonizante en el suelo mientras su bebé intenta tomar el pecho de su madre moribunda.
José Roque Pérez deseaba lograr que la masonería fomentara la unidad de la Nación, oponiéndose a Miguel Valencia, quien era unitario. En consecuencia, el 11 de diciembre de 1857 fundó la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, también conocida como la Gran Logia, que permitió la unión de las logias de Buenos Aires y de las provincias. Pérez fue elegido como Gran Maestre.3 Ocupó ese cargo entre 1857 y 1861, y entre 1864 y 1867.
Fundador del Grado 33° para la República Argentina, fue su primer Gran Comendador. En 1860 fue elegido convencional a la Asamblea Constituyente para reformar la Constitución. En 1866 fue miembro del Consejo de Instrucción Pública. En 1867 formó parte de la Comisión Parroquial de Catedral al Sud durante la epidemia de cólera.
Ocupó el cargo de director del Banco de la Provincia de Buenos Aires y de presidente de la Municipalidad de Buenos Aires. Y dirigió la Academia de Jurisprudencia en 1870.
Durante 1871 el 8% de los porteños falleció víctima de una epidemia de fiebre amarilla. En una ciudad donde en tiempos normales sólo moría un promedio de veinte personas por día, hubo días en los que murieron más de quinientas personas. La población, en su peor momento, se redujo a la tercera parte, debido al éxodo de quienes la abandonaban buscando escapar del flagelo. Las autoridades del gobierno nacional también huyeron.
Sin embargo Roque Pérez fue de los que se quedaron a ayudar a los que por la enfermedad o por no contar con medios económicos no pudieron irse. Por sus merecimientos fue elegido presidente de la Comisión Popular que se encargaría de tomar las medidas y de dar la ayuda necesaria para terminar con el flagelo.
Como al asumir sabía que era muy probable que muriese contagiado, preparó su testamento. En efecto, el 24 de marzo de 1871, murió a consecuencia de la fiebre.
La pintura al óleo del uruguayo Juan Manuel Blanes, denominado Episodio de la fiebre amarilla lo recuerda al mostrarlo ingresando en un hogar afectado por la epidemia y observando el cadáver de una joven, acompañado a su derecha por el doctor Adolfo Argerich.
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Masones marplatenses homenajean al Dr. José Roque Pérez