Del Interiorismo a la Salud




Video | por Juliana Casanovas, Diseñadora de Interiores


 

El Interiorismo es el nexo entre la Arquitectura y la Decoración: va mucho más allá de lo “bonito” que se pueda ver un lugar, la visual es el resultado de una conjunción de cuestiones mucho más complejas, puesto que implica la integración de factores constructivos, pragmáticos, funcionales, estéticos, de climatización y adecuaciones especificas a la persona o individuos que se desarrollen en el espacio mediante todos los recursos el Diseño, y los conocimientos del Interiorista.

 

La realidad de la relación entre el ser humano con el espacio es mucho más profunda de lo que parece a simple vista; es innegable que aunque muchos quizás no se lo hayan cuestionado abiertamente, hay lugares que nos hacen sentir una comodidad “como en casa”, otros que no nos gustan sin saber porqué y simplemente nos urge irnos de allí, otros que nos alteran, que nos hacen sentir incomodos, ansiosos y molestos, o depresivos y desganados, mientras que algunos nos dan la bienvenida y nos invitan al confort y el relax…. Y no sólo es una cuestión del espacio en general, sino que pueden haber componentes en él que nos atraigan o nos hagan “ruido” o generen rechazo. Lo que no se considera a menudo es cómo nos puede afectar la permanencia y la constancia en estos lugares, y es indiscutible que los espacios con los que se debe convivir –casa, trabajo- son lugares muy determinantes que influyen directamente en nuestra percepción, nuestro ánimo y nuestra salud.

 

Las preguntas con las que he partido son: ¿Cuándo una casa deja de ser una simple cáscara y se convierte en un Hogar? ¿Cuál es la influencia de los espacios en la vida del individuo?, ¿cómo se puede utilizar el Diseño de Interiores para mejorar la salud y el desarrollo de las personas?

Incursionando la Psicología Ambiental, así como las filosofías Metafísica y Antroposofía volcadas a la Arquitectura, Interiorismo y Decoración he reafirmado con fundamento que sí, es posible mediante el cambio, la transformación o manipulación de los espacios y componentes del mismo, modificar su influencia en la vida de una persona, potenciando el crecimiento y desarrollo de la misma, y actuando como tratamiento a largo plazo para los conflictos o problemas propios del individuo en cuestión.

 

Quizás sea algo complejo, tal vez no tanto, pero sin duda vale la pena hacer un cambio en nuestro lugar, nuestro nido, para vivir mejor, para potenciar nuestras posibilidades, creatividad, comodidad, porque es invertir en nosotros. Y si hay necesidades especiales al respecto, con más razón aún: a veces una simple modificación, la inclusión de un mobiliario, quitar una pared, puede mejorar notablemente nuestro día a día.

Sin ir más allá, la cuestión es utilizar todos los recursos de los que se disponga para generar el mejor lugar posible, para mejorar nuestro estilo de vida y sobretodo nuestro bienestar; porque ¿hay algo más lindo que amar llegar a casa y que el mundo quede atrás al cerrar la puerta?, ¿Entrar a nuestro refugio y sentirnos plenos, seguros y felices? No: nuestro pedacito de mundo es muy importante y es nuestro, así que adecuarlo para nosotros, embellecerlo y disfrutarlo es un placer, pero también muchas veces una necesidad y una gran opción en cuestiones de Salud.

 

                                       Juliana Casanovas.

                                      Diseñadora de interiores.

                                      Universidad de Palermo.

 

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