Cómo son las personas con Inteligencia Emocional (1º Parte)




por Oscar Hernando, Coach e Instructor de Inteligencia Emocional.

 

Estamos dotados de capacidad intelectual, que puede medirse por el coeficiente intelectual (CI). También tenemos, más o menos desarrolladas, las capacidades emocionales. Podríamos entonces hablar de un coeficiente emocional (CE).

 

Si bien hay evaluaciones confiables para determinar el CI, la medición del CE está lejos de poder realizarse de manera precisa a través de una evaluación similar, ya que los diversos test que existen no predicen razonablemente bien los sentimientos y comportamientos de las personas bajo examen.

La Inteligencia Emocional (IE) se manifiesta en la práctica, es vivencial y relacionada con aspectos más o menos conscientes del individuo. Es muy probable que ante una pregunta relacionada con nuestras reacciones emocionales contestemos lo que consideramos socialmente correcto, o lo que creemos que “deberíamos contestar”. También sucede que en la práctica reaccionamos de distintas maneras ante situaciones similares, en función de varios factores tales como nuestro estado de ánimo en ese momento, el nivel de estrés, el cansancio, y otras variables. Todo lo dicho dificulta enormemente las evaluaciones.

Por lo tanto, consideramos más útil hacer una lista de las características de las personas con alto CE como punto de partida, y analizar a partir de ellas nuestros puntos fuertes y puntos débiles en materia emocional.

 

Podemos ver qué grado de identificación tenemos con las cualidades enumeradas y, especialmente, estar atentos al grado de congruencia que hay entre nuestro parecer inicial y lo que se va manifestando en nuestro comportamiento diario a partir de aquí.
Pasaremos a describir brevemente algunas conductas y actitudes comunes en la gente emocionalmente inteligente.

 

OBSERVAN OBJETIVAMENTE. No juzgan si no es necesario. Establecen claramente la diferencia entre una conducta (por ejemplo: alguien hizo algo inadecuado) y la calificación de la persona (pero no necesariamente esa persona es inútil, tonta o mal intencionada) Tienen muy presente la diferencia entre los hechos, y las historias que nos contamos sobre los hechos, por lo tanto no se dejan llevar por suposiciones.
SABEN CUÁNDO DECIR “SÍ” Y CUÁNDO “NO”. Al tener una alta capacidad de autocontrol no suelen actuar impulsivamente. Meditan sus decisiones de manera tal que no se dejan apurar ni manipular. Saben también decirse a sí mismos “no”, o sea son conscientes de cuándo les conviene aplazar la gratificación para lograr mejores resultados.
TIENEN ACTITUD POSITIVA. También neutralizan rápidamente los pensamientos negativos, no se quedan enganchados en ellos. Tienen una perspectiva adecuada de los acontecimientos, saben dimensionar lo que les pasa, no dramatizan. Saben que muchas veces lo que puede parecer tan terrible hoy, dentro de poco tiempo será sólo una anécdota risueña.
ACEPTAN a los demás y al mundo en general, tal como es. Significa que no están funcionando en un estado de queja y frustración. Esto no es lo mismo que resignación, sino más bien partir de la base de que las cosas y la gente son como son y no como quisiéramos que sean. Desde este estado de cosas se mueven para conseguir modificar lo que se puede modificar.
SON INDEPENDIENTES. No están atados emocionalmente a nada. Son plenamente conscientes de que son los constructores de su bienestar y que nadie (la gente que los rodean, los entes: gobiernos, instituciones, sistemas burocráticos, etc.) tiene la capacidad de arruinarles el día ni de manejarles los estados de ánimo.

 

El material de la presente nota ha sido extraído del libro “Las claves del equilibrio emocional” de Editorial Dunken (2018).
Oscar Hernando – Coach e Instructor de Inteligencia Emocional
Contacto: Facebook Inteligencia Emocional MDQ – www.inteligenciaemocionalmdq.com.ar

 

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